Abrir una botella de vino es mucho más que un paso previo a servirlo en una copa. Es el inicio de un momento especial, un pequeño ritual que despierta los sentidos… El roce del corcho al girar, su sonido al salir, el primer aroma que se escapa de la botella… Todo forma parte de la experiencia.
EnFamilia Martínez Bujanda creemos que descorchar un vino es un arte. Y como todo arte, tiene sus técnicas, sus trucos y hasta sus pequeñas curiosidades que merece la pena conocer.
El sacacorchos de sumiller: el clásico infalible
También conocido como sacacorchos de dos tiempos o “de camarero”, es el favorito de profesionales y amantes del vino por su precisión. Es el sacacorchos más convencional, el que podemos encontrar en cualquiera de nuestros hogares.
Se utiliza cortando la cápsula por debajo del gollete, insertando la espiral en el centro del corcho y extrayéndolo en dos apoyos suaves.
Es sencillo, cómodo y minimiza el riesgo de romper el corcho. Por eso es el elegido en la mayoría de catas y restaurantes.

El de láminas: el salvador de corchos delicados
Llamado ah-so, es perfecto para vinos con cierta edad cuyo corcho puede estar seco o frágil. No perfora, sino que abraza el corcho con dos láminas metálicas para extraerlo intacto.
Requiere algo de práctica, pero evita que caigan restos en el vino, por lo que es un gran aliado para descorchar botellas antiguas.

El de palanca: rapidez y espectáculo
Muy habitual en restaurantes, su mecanismo permite extraer el corcho en segundos. Es rápido y fácil, aunque menos preciso con corchos viejos.
Su diseño se inspira en herramientas industriales, lo que le da ese aire robusto y eficaz.

Sin sacacorchos: cuchillo, ingenio y maña
Antes de que el sacacorchos fuera habitual, se recurría a cuchillos, clavos o incluso a calentar el cuello de la botella para que la presión expulsara el corcho.
Hoy no es lo más recomendable (ni para el corcho ni para nuestras manos), pero forma parte de la historia del vino y de su cultura popular.

Abrir un espumoso: la maniobra maestra
No necesita sacacorchos, pero sí cuidado. Primero, enfría bien la botella (alrededor de 6 °C), retira el morrión sujetando siempre el tapón, inclina la botella a 45° y gíralo suavemente.
El sonido ideal no es un estallido, sino un suspiro, así se conservan mejor las burbujas.

Sabrage (o sableado): el descorche más espectacular
Nacido entre los húsares napoleónicos, el sabrage consiste en abrir un espumoso con un sable. Con un golpe seco sobre el anillo de vidrio bajo el gollete, el cuello se desprende junto con el corcho.
Es vistoso y emocionante, pero conviene hacerlo solo en ocasiones especiales… y siempre con seguridad.

Pequeños gestos que marcan la diferencia
- Limpia la boca de la botella antes de servir.
- Conserva y sirve el vino a la temperatura adecuada.
- Si el corcho es frágil, el sacacorchos de láminas será tu salvavidas.
- Si hay restos de corcho o sedimentos, decántalo antes de consumirlo.
- Guarda el corcho de una botella especial como recuerdo o reutilízalo para sacar tu vena más artística y realizar alguna manualidad. Aquí te damos algunas ideas.
En Familia Martínez Bujanda nos gusta pensar que abrir una botella es como abrir una historia. Desde un vino joven y fresco para compartir en una comida improvisada, hasta una añada especial reservada para una gran celebración, cada botella que se descorcha nos invita a disfrutar, brindar y recordar.
Elige en nuestratienda online el vino que será protagonista de tu momento especial y ábrelo con cariño.
¿Tienes algún truco propio para descorchar botellas? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!