Recorremos los 20.000 kilómetros que nos separan de nuestras antípodas y nos adentramos en Nueva Zelanda. En nuestro trayecto por la alargada geografía de este curioso país, que se extiende en dos islas principales a los largo de 1.200 kilómetros, visitamos las 11 regiones vinícolas que posee, famosas por producir algunos de los más famosos sauvignon blanc del mundo.
Con una superficie de apenas unas 22.000 hectáreas de viñedo y una producción anual de 133 millones de litros, Nueva Zelanda se ha convertido en los últimos 30 años en uno de los referentes vinícolas del mundo. El cultivo de variedades principalmente francesas, como la chardonnay y sauvignon blanc para los blancos o la Pinot Noir que ha destronado a la Cabernet Sauvignon en tintos, acompañado de su tipo de clima, convierten los vinos de esta zona en excelentes ejemplos de elegancia y concentración aromática.
Nueva Zelanda es un abanico de climas, y aunque esté situada por temperaturas en la región I, junto a Burdeos y Borgoña, nos encontramos un declive norte-sur que varía desde clima húmedo y prácticamente subtropical del norte, hasta de influencia continental en el extremo sur. Su producción vinícola se extiende de la isla norte a la sur en igual medida, siendo Marlborough, en el extremo norte de la isla sur, la región vinícola de mayor prestigio, donde nacen algunos de los mejores sauvignon blanc del mundo.
Vinos vivos y frutales, con gran acidez y concentración de aromas, elaborados principalmente de variedades borgoñonas y bordelesas. En nuestro viaje por las distintas DO de la zona, en la isla norte nos detenemos en Hawke’s Bay, en la costa este, donde se produce más del 20% de la uva neozelandesa y que está considerada la mejor zona vitícola para el cultivo de las cepas nobles de Burdeos o Wairarapa, un poco más al sur de la isla, que con un viñedo poco extendido ha conseguido posicionarse como la región de los vinos pinot noir de gran fama internacional.
En cuanto a la isla sur, ya destacamos Marlborough, en el extremo norte, la mayor región productora del país con cerca del 50% de la superficie de viñedos, región que por su clima, es especialmente indicada para el cultivo de uvas blancas como müller-thurgau, sauvignon blanc, chardonnay y riesling. Además, destacamos Canterbury, donde la escasez de lluvias y los largos otoños cálidos la convierten en una región favorable al cultivo de la chardonnay y la riesling.
Por último, capítulo aparte merece la Región de Central Otago. Situada al sur de la Isla Sur, probablemente sus viñedos sean los más impresionantes del mundo. Su paisaje natural marítimo presenta todos los extremos en temperatura y latitud (45º). Estimulada por el turismo, y pese a las condiciones aparentemente desfavorables, posee el mayor crecimiento de cultivos vitícolas del país, debido al cultivo de Chardonnay que en estas regiones produce vinos con aromas cítricos y a melón, así como la Pinot Noir con su carácter varietal.