Nuestros viñedos despiertan

Con las primeras heladas tras las vendimias, las cepas pierden las hojas que, en el caso de Rioja especialmente, pintan en laderas y llanuras un extraordinario paisaje colorista de diferentes tonalidades rojas de los tempranillos combinadas con los amarillos de gracianos y garnachas y los amarillo verdosos de las viuras. La planta, la cepa, entra entonces en su temporada de reposo hasta que el mes de marzo despierta de la parada vegetativa con los primeros brotes de la nueva cosecha.

El trabajo más importante, como ya señalamos en un post anterior, durante el invierno es la poda, cuyo resultado condicionará tanto los aspectos productivos como cualitativos, es decir, el equilibrio de la propia planta. Durante esta fase de hibernación del viñedo, no obstante, suceden cosas que pueden marcar la próxima añada. En este sentido, nuestro director técnico, Lauren Rosillo, tendrá muy en cuenta lo sucedido durante el invierno porque entramos en un momento especialmente delicado por el riesgo de heladas y porque la reserva hídrica acumulada marcará trabajos posteriores como la protección de plagas o enfermedades, la espergura, la vendimia en verde…

De sus notas personales, que son un auténtico ‘cuaderno de bitácora’, hemos rescatado las siguientes consideraciones

  1. Finca Antigua (La Mancha): el otoño ha sido seco, únicamente el mes de noviembre nos ha aportado las lluvias habituales de la temporada. El invierno ha sido uno de los más cálidos y secos de la historia con temperaturas tanto en diciembre como en enero muy por encima de la media. Las lluvias de la segunda quincena de febrero y de primeros de marzo garantizan al menos parcialmente las reservas hídricas necesarias. En este sentido, nuestro equipo técnico desea una primavera lluviosa en la zona, sobre todo, si el verano es tan exigente como el del año pasado. Ahora nuestra mirada está puesta en el riesgo de heladas primaverales que abarcan un periodo desde las primera brotaciones hasta mediados de mayo.
  2. Finca Valpiedra (Rioja): Aunque también las temperaturas han estado ligeramente por encima de la media en invierno, la cantidad de lluvias recibidas en los meses de enero y febrero han proporcionado las reservas hídricas necesarias para el resto del año, con lo que en este sentido la situación da más garantías que en Finca Antigua. Ahora bien, la práctica ausencia de heladas, previsiblemente provocará un adelanto en la brotación de las vides. Éstas, prácticamente no han tenido parada invernal por heladas, por lo que el riesgo de sufrir una helada primaveral es importante. El riesgo durará hasta finales de abril.
  3. Finca Montepedroso (Rueda): Volvemos a otro clima extremo, con un otoño escaso de lluvias, aunque con un invierno bastante generoso desde el punto de vista de la pluviometría. Las precipitaciones, en todo caso, han sido de agua, pese a que es habitual en la zona también las de nieve, pero la reserva de agua del suelo garantiza a priori el desarrollo completo del ciclo. Las temperaturas también han sido más altas de lo normal, pero incluso con un verano duro en este sentido, nuestros técnicos creen que la variedad verdejo tendrá un buen desarrollo.

¿Quién dijo que el invierno no es importante para la futura cosecha? En todo caso, no hay más que acudir al refranero: “Año de nieves, año de bienes” o “A invierno lluvioso, verano abundoso”.

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