Es una de las regiones vitícolas más impresionantes del mundo, situada en los valles y laderas de los ríos Mosela, Sarre y Ruwer, sus cauces, en continuo vaivén, serpentean formando angostos meandros a través de un paisaje cultural en el que ya los romanos cultivaban vid desde hace 2000 años.
La región del Mosela es la comarca vitivinícola más antigua de Alemania y la más grande de las zonas compuestas por laderas en pendiente. Los vinos dulces, secos, o ligeramente afrutados de uva riesling que se hacen en esta región son los más característicos de Alemania.
A las orillas de estos ríos, hay cerca de 9000 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid. Las laderas y terrazas en pendiente, orientadas hacia el sur o el suroeste, ofrecen un excelente microclima a las cepas y a otras plantas y animales exóticos. Gracias a este microclima, los elegantes vinos minerales Riesling que crecen en las laderas del Mosela, del Sarre y del Ruwer, se encuentran entre los mejores vinos blancos del mundo.
Las principales peculiaridades de estos vinos vienen dadas además de por su microclima por las características del suelo y su cercanía con los tres ríos, que hace que se almacene mejor el calor, lo que unido a la función atemperadora del río, dan las condiciones idóneas para que esta uva madure con el calor adecuado y exprese su aroma característico. Dada la topografía del terreno, el cultivo vitícola en estas estrechas terrazas resulta muy complicado y a veces casi inaccesible, por lo que es impensable la mecanización del trabajo. Aun con esto, es la región donde más económicos resultan los vinos de toda Alemania, ya que cuentan con producciones relativamente altas.
La clave radica en los viticultores de la zona, y en la historia de la propia viticultura de la región. Con la secularización de los grandes dominios eclesiásticos, se estableció un poderoso comercio de vinos, llevando actualmente a la región de Mosela a tener seis de las mayores bodegas del país, y embotellando gran parte de la producción europea.
La reina indiscutible en esta zona es el cultivo de las cepas de uva Riesling, que no sólo es característica de la zona, sino de toda Alemania, con una superficie de viñedos de 20.794 hectáreas, lo que supone más de un 20% del total del país. Sólo la región de Mosela, concentra más de 5000 hectáreas de esta cepa, el 60 % del cultivo en la zona.
Si bien la Riesling se cultiva desde el s. XI, no es hasta los s. XVII Y XVIII cuando realmente consigue consolidarse. Es una uva apropiada para climas templados y frescos, para su óptima maduración de azúcares y ácidos. Es una de las variedades que mejor expresa las particularidades del terreno donde es cultivada. Por ello, en su amplia gama abarca desde sabores melosos a caracteres minerales y afrutados. Sus vinos son de un color amarillo pálido de reflejos verdosos, y amarillos dorados, son afrutados, con aromas de manzana, melocotón y cítricos.
La Müller-Thurgau es la otra gran variedad de la zona de Mosela. Apreciada de igual manera por los viticultores, su origen es un cruce de Riesling y Madeleine Royale, creada en 1882 por Hermann Müller. De rápida maduración en suelos fértiles, obtiene unos buenos resultados en la elaboración de vinos de acidez ligera, suaves y completos.
No olvidamos una especialidad autóctona de la región que ya casi solamente se cultiva en el Mosela alto, es la variedad Elbling, que es la base para la elaboración del apreciado Seckt. En cuanto a uva tinta, ocupan un 10% de la región la Blauer Spätburgunder, Dornfelder y Regent son algunas de las variedades cultivadas.