Con el inicio de un nuevo año, comienza también un nuevo ciclo en el viñedo. Cada mes, las vides atraviesan distintas etapas que definen el resultado final de la cosecha y, por ende, del vino que disfrutaremos en el futuro. A continuación, exploramos mes a mes las labores y los cambios que tienen lugar en la vid.
Enero: el sueño de la vid
En pleno invierno, las vides se encuentran en dormancia, un estado de reposo profundo. Este periodo es esencial para su descanso y recuperación.
Labores:
- Poda de invierno: se eliminan los sarmientos del año anterior para controlar el vigor y dirigir el crecimiento futuro.
- Mantenimiento del viñedo: reparación de espalderas, alambres y tutores.
Febrero: preparación para el despertar
Aunque la vid sigue en reposo, las temperaturas empiezan a subir lentamente.
Labores:
- Continuación y finalización de la poda.
- Laboreo del suelo para mejorar su oxigenación y controlar las malas hierbas.
Marzo: inicio del despertar (Lloro de la vid)
Con la llegada de la primavera, la savia comienza a circular, y las vides “lloran” por los cortes de poda.
Labores:
- Fertilización del suelo para aportar nutrientes esenciales.
- Se labran los viñedos.
Abril: brotación y primeros brotes
Los primeros brotes verdes aparecen, marcando oficialmente el inicio del ciclo vegetativo.
Labores:
- Tratamientos preventivos contra enfermedades.
- Poda en verde, si es necesario, para equilibrar la producción.
Mayo: crecimiento vegetativo
Las vides comienzan a desarrollarse rápidamente, y los racimos de flores son visibles. De la inflorescencia nace la flor, y por la polinización comenzamos a ver el cuajado, la conversión al fruto.
Labores:
- Deshojado para mejorar la ventilación de la planta.
- Escarda o espergurado, para limpiar la vid de todos los tallos y vástagos.
- Monitoreo constante de plagas y enfermedades.
Junio: floración y cuajado
La vid entra en una fase crítica: las flores se convierten en pequeños granos de uva.
Labores:
- Control de plagas para proteger la floración.
- Gestión del vigor mediante despunte o aclareo.
Julio: envero, el cambio de color
Las uvas van creciendo y madurando. Es un momento delicado hasta que adquieren su color definitivo.
Labores:
- Aclareo de racimos para mejorar la calidad de la cosecha.
- Los tratamientos ecológicos favorecen nuestro empeño por una agricultura sostenible.
Agosto: maduración de la uva
Las uvas empiezan a acumular azúcares y perder acidez, acercándose al momento de la vendimia.
Labores:
- Análisis del estado de maduración.
- Preparación para la vendimia.
Septiembre: vendimia
El momento más esperado del año: la recolección de la uva en su punto óptimo de madurez.
Labores:
- Vendimia manual o mecanizada.
- Transporte de la uva a la bodega para comenzar el proceso de elaboración.
Octubre: post vendimia y caída de las hojas
Tras la cosecha, las vides comienzan a perder sus hojas y a prepararse para el descanso.
Labores:
- Abonado de otoño para reponer nutrientes en el suelo.
- Revisión de enfermedades postvendimia.
Noviembre: reposo vegetativo
Las temperaturas bajan, y las vides reducen su actividad al mínimo.
Labores:
- Laboreo del suelo para mejorar la infiltración de agua.
Diciembre: el final y el inicio del ciclo
El ciclo anual concluye, y el viñedo se prepara nuevamente para el descanso invernal.
Labores:
- Protección contra heladas y condiciones extremas.
- Poda de invierno, para regular así a la planta tanto en cantidad como en calidad.
Un ciclo que nos conecta con la naturaleza
Según la climatología, la variedad de la uva y la zona donde se ubican los viñedos, los tiempos pueden variar.
Cada mes en el viñedo es una lección de paciencia y dedicación. Este ciclo, repetido año tras año, define la esencia de cada botella de vino que llega a nuestras mesas. Trabajamos para respetar cada etapa y sacar lo mejor de cada vendimia.
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