La variedad de uva tempranillo, es sin duda una de las más emblemáticas de España y juega un papel crucial en la elaboración de algunos de los vinos más reconocidos a nivel mundial.
Con raíces que se extienden a lo largo de siglos, el tempranillo ha dejado una huella profunda en las regiones vinícolas de La Rioja y Castilla La Mancha donde se encuentra Finca Valpiedra y Finca Antigua respectivamente.
En este artículo, exploraremos algunas curiosidades sobre esta uva y cómo su cultivo y vinificación han evolucionado en estas zonas icónicas.
Origen etimológico
El nombre “tempranillo” deriva de la palabra española “temprano”, debido a que esta variedad madura antes que otras uvas tintas. Es una uva de ciclo corto, lo que significa que alcanza su madurez en menos tiempo, por tanto, la hace ideal para climas donde las estaciones son más cortas. A lo largo de los siglos, ha adoptado diferentes nombres según la región como: cencibel, tinta del país o tinto fino. En Portugal recibe el nombre de tinta roriz o aragonêz.
Una variedad española por excelencia
La uva tempranillo ha sido considerada durante siglos como una variedad autóctona del norte de España y, en concreto, de la zona de La Rioja. En la actualidad, representa aproximadamente el 40% del total del viñedo español. Su capacidad para adaptarse a diferentes regiones y su versatilidad en estilos de vino le han otorgado un estatus casi mítico en la cultura del vino español.
Mencionada en textos antiguos
El primer registro escrito en la que se menciona se encuentra en documentos de 1513 provenientes de Navarra. Sin embargo, la variedad ya estaba presente en los viñedos de La Rioja y otras zonas vitivinícolas mucho antes de esa fecha, lo que indica que su cultivo ya estaba bien establecido.
La variedad favorita de los monasterios medievales
Durante la Edad Media, los monjes cistercienses desempeñaron un papel crucial en su expansión en España. Los monasterios, especialmente en La Rioja o Ribera del Duero fomentaron el cultivo de esta uva debido a su capacidad para producir vinos de calidad y envejecimiento. Los monjes utilizaban los vinos para fines litúrgicos, pero también desarrollaron un profundo conocimiento sobre las prácticas de viticultura que influenciarían en el desarrollo de la variedad. Ora et labora a través del viñedo.
El viaje a América
A finales del siglo XIX y principios del XX, el tempranillo comenzó a viajar fuera de España, llevado por inmigrantes españoles a países como Argentina y México. Sin embargo, no fue hasta el siglo XXI cuando esta uva comenzó a ganar popularidad en lugares como California y Australia, donde se cultiva con éxito, aunque con estilos y características muy diferentes a los vinos tradicionales españoles.
La plaga de la filoxera y su impacto
A finales del siglo XIX, la plaga de la filoxera arrasó los viñedos europeos, incluidos los de tempranillo. Sin embargo, la variedad sobrevivió gracias a la rápida adopción de la técnica del injerto sobre patrones de vid americanos resistentes a la filoxera. Esto permitió que continuara siendo la uva predominante en regiones clave como La Rioja.
Una uva versátil y apreciada
Una de sus curiosidades más interesantes es su versatilidad. Aunque suele estar asociada con vinos tintos, también se puede utilizar para hacer rosados de gran calidad, e incluso vinos espumosos. Dependiendo del estilo de vinificación, los vinos pueden ser ligeros y fáciles de beber, o bien, más estructurados y complejos, con capacidad para envejecer durante décadas. Es una variedad que, con el tiempo, se va aterciopelando.
Vinos sostenibles y biodiversidad
Tanto en La Rioja como en La Mancha, los viticultores han comenzado a adoptar prácticas más sostenibles en el cultivo del tempranillo, respetando la biodiversidad y aplicando técnicas de cultivo ecológico. Estas prácticas no solo buscan mejorar la calidad del vino, sino también preservar el entorno natural y el legado vitivinícola de las regiones.
Diferencias clave entre La Rioja y La Mancha
Designación: Tempranillo y cencibel son en realidad la misma variedad de uva, pero con nombres diferentes según la región en la que se cultiven. A pesar de esto, a veces se encuentran ciertas diferencias debido a las condiciones locales de cultivo y los estilos de vinificación.
Tempranillo es el nombre más general y conocido de esta uva y se usa en muchas regiones de España y en otros países y cencibel es el nombre que se le da al tempranillo en La Mancha y algunas zonas de Valdepeñas.
Clima: La Rioja cuenta con un clima más moderado gracias a la influencia del río Ebro, así como a la protección tanto de las formaciones montañosas en la zona norte y sur, lo que permite contar con días soleados y noches de menor temperatura, unas condiciones que son ideales para el cultivo de la vid. Por su parte, La Mancha se caracteriza por unos inviernos largos y de bajas temperaturas, pero unos veranos muy calurosos. Esta diferencia climática, también se refleja en las uvas.
Estilo de vino: en La Rioja, los vinos tienden a ser elegantes y complejos, con una capacidad de envejecimiento notable. En La Mancha, los vinos son más robustos y afrutados, con menos influencia de la barrica en los vinos jóvenes, pero con creciente interés en la crianza.
El tempranillo es una joya de la viticultura española, y tanto La Rioja como La Mancha le han dado su toque único, aportando diversidad y riqueza al panorama vinícola.
En ambas regiones, esta uva sigue conquistando paladares, y su historia está lejos de terminar. Si eres amante del buen vino, ¡no dudes en explorar los matices que el tempranillo tiene en cada uno de nuestros vinos!
En Familia Martínez Bujanda contamos con un amplio portafolio de vinos con esta variedad como son Zagal de Finca Antigua con fermentación en depósitos de acero inoxidable y posterior maceración de 18 días y un envejecimiento 4 meses en barrica de roble.
Por su parte, Cantos de Valpiedra de Finca Valpiedra es un vino tinto muy aromático, fresco y mineral, en el que la uva tempranillo está perfectamente integrada tras 12 meses de crianza en barricas de roble americano y francés.
La uva tempranillo es un verdadero símbolo de la viticultura española, cuyas raíces históricas, así como su versatilidad han sido clave para su expansión dentro y fuera de nuestras fronteras. La diversidad que ofrecen regiones como La Rioja y La Mancha en el cultivo de esta uva hacen resaltar su capacidad para crear vinos únicos, llenos de carácter y matices que convierten cada copa de vino en una completa experiencia.