Botellas de Finca Montepedroso sobre mesa

El retorno al auténtico verdejo en Finca Montepedroso

La prestigiosa revista británica “Decanter” comentaba, en su publicación de abril de 2023, que, para ser considerada una de las regiones vitivinícolas más importantes del mundo, se tienen que cumplir tres requisitos fundamentales: ofrecer vinos de altísima calidad, consistencia añada tras añada y, quizás las más reseñable y difícil de lograr, un claro carácter distintivo.  En el caso de Rueda, para la publicación inglesa, se daban los tres parámetros.

La calidad de sus vinos es algo de lo que ya se hablaba en el siglo XV, no en vano el autor Hugh Johnson, en su obra Historia del Vino, narra cómo los vinos de la “Tierra de Medina” (origen de los actuales vinos de Rueda), dado su prestigio, fueron protegidos por una ordenanza ya en tiempos de Isabel La Católica. Durante 200 años, los vinos de esta comarca vivieron una época de esplendor vinculados al crecimiento que experimentaron las localidades cercanas de Valladolid y Medina del Campo.

¿Cómo eran estos vinos que ya loaron los escritores del Siglo de Oro español?

Eran vinos con un alto grado alcohólico, debido a su método de elaboración por asoleo, es decir, los racimos recién vendimiados se dejaban al sol, para que las uvas se deshidratasen y, de esta manera concentrar sus aromas, además de incrementar proporcionalmente su contenido en azúcares y, por tanto, su grado alcohólico. A los vinos, además, se les sometía a una larga crianza oxidativa.

Ya entonces, la uva principal de la región era la verdejo, cultivada desde los siglos XI y XII, y a pesar de su fama, su extensión siempre se ha circunscrito a esta zona tan delimitada. Su procedencia se sitúa en el norte de África, y serían los mozárabes quienes las trajeron, seguramente a través de la Ruta de la Plata. Su origen etimológico está más claro, ya que proviene del color verde de sus bayas. Los recientes análisis de ADN han demostrado su parentesco con la variedad godello, típica de Galicia, lo que explicaría el que a esta variedad se la denomine verdelho en Portugal.

La verdejo dispone de racimos compactos, de tamaño entre pequeño y mediano, con unas uvas de piel fina y con una característica floración de color verde azulado. Entre sus cualidades está su resistencia a la sequía, así como su adaptación a suelos arcillosos poco fértiles, por el contrario, es muy sensible a enfermedades como el oídio.

El momento del cambio

Los cambios sistémicos en general y, en el mundo del vino en particular, suelen ser difíciles de datar, son procesos largos en el tiempo y cuyo origen no suele estar claro. No es el caso, aquí sabemos cuándo, qué y cómo sucedió. Hasta las últimas décadas del siglo XX, los vinos de Rueda seguían esa tradición de vinos de crianza oxidativa y, subidos al éxito de los vinos jerezanos, muchos de sus viñedos estaban copados por la variedad palomino. Todo cambió en 1971, cuando Francisco Hurtado de Amézaga, de bodegas Marqués de Riscal, con origen en La Rioja, decide elaborar un vino blanco y busca por la Península la mejor ubicación posible, al final se decidió por la zona de Rueda. Comienza así una época donde la uva verdejo volvía a recuperar protagonismo, aunque en parte compartido con la sauvignon blanc y trajo, además, nuevos métodos de elaboración en la región, como la fermentación en depósitos de acero inoxidable. Fruto de este empuje, unos años más tarde, en 1980, se creó la Denominación de Origen Rueda, la primera para los vinos de Castilla y León.

Su gran éxito comercial, originado por su buena ubicación entre Galicia y Madrid, y la elección entre los consumidores al ser vinos aromáticos y de paso fácil, hizo que la cantidad primase, en ocasiones, por encima de la calidad. Se buscó hacer vinos al gusto del público, en vez de vinos que fueran reflejo de su terruño, así como fieles exponentes de la variedad empleada. Las levaduras seleccionadas marcaron la tipología de los vinos, desmarcándose de las características de la variedad. Esto hizo que se hicieran más homogéneos y menos representativos de lo que habían sido hasta ahora.

Finca Montepedroso: el camino a la excelencia y un cambio de rumbo

Desde Familia Martínez Bujanda cuando, hace ya diez años, apostamos por asentarnos en Rueda, siempre lo tuvimos claro, verdejo, terruño y un retorno a los orígenes, eran el camino a seguir. Sin duda, si algo nos ha caracterizado es nuestro compromiso por elaborar vinos de finca. En este caso, vimos la idoneidad de una finca perfecta, Finca Montepedroso, en la mismísima localidad de Rueda, en pleno corazón de la D.O. y comenzamos un trabajo por recuperar al auténtico verdejo del que hoy nos sentimos tan orgullosos.

A pesar de que la Denominación de Origen admite también las variedades blancas sauvignon blanc, viura, palomino fino, viognier y chardonnay, en Finca Montepedroso sólo elaboramos vinos blancos 100% verdejo. De hecho, sólo ofrecemos dos vinos, donde conjugamos todo nuestro esfuerzo por ofreceros algo único con la excelencia por bandera. Finca Montepedroso Verdejo y Montepedroso Enoteca.

En los años 30 del pasado siglo, la variedad que todo el mundo quería era la palomino (Jerez), en la década de los años 50, ese papel lo jugó la viura (Rioja) y en los 70 la sauvignon blanc, cuando a las variedades foráneas se las consideraba “mejorantes”. Era necesario recuperar las cualidades de la verdejo, como una variedad capaz de dar vinos de categoría mundial.

Si al comienzo de este artículo, comentábamos las características que debía tener una zona vitivinícola, para ser considerada entre las mejores del mundo, también podríamos extrapolarlo a sus vinos. Entre dichas características, podríamos citar la complejidad aromática, su capacidad de guarda y perfecta evolución a lo largo de los años, así como su perdurabilidad en boca. Todas ellas presentes en nuestros vinos. Por eso, en Finca Montepedroso, ofrecemos dentro de nuestras variadas opciones de enoturismo, la posibilidad de que elijáis qué tres añadas antiguas queréis catar, una experiencia inolvidable para que comprobéis, por vosotros mismos, la mejor versión de la auténtica verdejo.

En Finca Montepedroso sabemos que estamos en el buen camino, primero mostrando el origen de nuestros vinos, en un viñedo merecedor de formar parte de la asociación de Grandes Pagos de España, y por otro, al dejar que nuestros vinos pasen la prueba del mayor y más imparcial de los críticos, el Tiempo. 

Te aconsejamos que los pruebes con todo tipo de pescados a la brasa y al horno, como el rodaballo, el besugo, o una merluza. También va estupendamente con arroces como el caldero y a banda. Al igual que con pastas gratinadas. Sin olvidarnos de las carnes blancas a la parrilla. 

No dejes pasar la oportunidad de disfrutarlos. En este enlace te damos todas las facilidades para que te los lleves a casa, no te arrepentirás. 

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