Italia es el país con mayor diversidad en su viñedo según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). Con 690.000 hectáreas, la sangiovese es la uva dominante, con un porcentaje del 8% sobre el viñedo total, seguida de montepulciano, glera y pinot gris (4%) y de merlot (3%). Así las cosas, el 77% del viñedo restante se lo reparten entre otros tipos de uva.
Después de Italia, los países con más diversidad varietal son Portugal y Rumanía, mientras que en Francia, y especialmente en España, el ‘empobrecimiento’ es mucho más significativo. En Francia, con 785.000 hectáreas de superficie, la merlot ocupa el 14% del total del viñedo, seguida de la trebbiano (cognac) y garnacha (10%), de la syrah (8%) y del chardonnay (6%). El 48% del viñedo se concentra en estas cinco variedades de uva.
En el caso de España, con 975.000 hectáreas de viñedo, el 22% es para la airén y el 21% para tempranillo. A continuación se sitúan la Bobal (6%), la garnacha y la viura (5%), de forma que el 61% del viñedo español se concentra en apenas cinco variedades.
En 1912 Nicolás García de los Salmones citaba 44 variedades de vid cultivadas en Rioja, con lo que es evidente que durante el siglo XX se ha producido un fuerte empobrecimiento genético con sólo siete tipos de uva tradicionales autorizadas por el Consejo Regulador. En el año 2009, se tomó una decisión histórica con la ampliación, por primera vez desde 1925, del abanico varietal con nuevas castas autóctonas: turruntés, maturana blanca y tempranillo blanco, para blancas, y maturana tinta, maturano o maturana parda y monastel, como nuevas tintas. Asimismo, se autorizó el cultivo de tres variedades blancas foráneas, chardonnay, sauvignon blanc y verdejo, tres muy buenas uvas pero por las que no apuesta Familia Martínez Bujanda, ya que no creemos en la importación de variedades cuando las hay indígenas adaptadas o con tradición histórica en la zona.
En Finca Valpiedra, de hecho, arrancamos el cabernet sauvignon y en la actualidad cultivamos dentro de las variedades tintas: tempranillo, graciano, garnacha tinta, maturana tinta y entre las blancas: viura, garnacha blanca, maturana blanca y malvasia. En Viña Bujanda acabamos de lanzar al mercado un varietal de graciano.
Para nosotros, este empobrecimiento de la diversidad varietal es sólo una parte de un problema generalizado en el mundo del vino a nivel mundial: la globalización en la elaboración. Tal y como sostiene nuestro director técnico, Lauren Rosillo, en la actualidad podemos encontrarnos dos tipos de vinos a grandes rasgos en el mercado mundial: un vino cultural ligado al territorio, que es irrepetible porque no hay dos terruños iguales, y un vino para consumo diario y de diferentes calidades, normalmente siempre agradable pero que responde a un patrón globalizado. Nuestra apuesta, por supuesto, es la primera.
Esta entrada tiene 2 comentarios
Muy interesante artículo, al igual que el contenido de toda la web.
¡Muchas gracias!