Su privilegiada ubicación en el centro de Castilla y León ofrece una amplia variedad de lugares para los viajeros interesados en la cultura y la gastronomía. Desde sus famosos y muy reconocidos vinos blancos y sus bodegas, hasta sus villas con monumentos históricos y casas blasonadas, así como paisajes naturales donde poder disfrutar de momentos inolvidables.
Situada en Castilla y León, la región de vinos de la denominación de origen de Rueda está integrada por 74 municipios repartidos entre el sur de la provincia de Valladolid, Segovia y el norte de Ávila. Famosa por la calidad de sus vinos blancos de gran reconocimiento internacional, las variedades de uva están repartidas de manera irregular por los distintos municipios, si bien es cierto que una gran concentración de los mismos se encuentran en los términos municipales de La Seca, Rueda y Serrada.
Un buen punto de partida para un fin de semana enológico es el municipio de Rueda, donde se encuentran más del 60 % de las bodegas abiertas al público de toda la denominación. Comenzaremos recorriendo las diferentes bodegas ubicadas en el municipio para después, si aún nos encontramos con fuerzas, visitar los municipios de La Seca, Medina del Campo, Tordesillas o Serrada.
Entre las bodegas abiertas al público donde merece la pena detenerse encontramos Finca Montepedroso, bodega inaugurada el pasado año, síntesis de la unión entre vino, paisaje y bodega. Parcialmente soterrada para que tenga el menor impacto sobre la topografía, Finca Montepedroso está integrada con naturalidad en el paisaje y es visible desde la autovía A6. Su arquitectura, su depurada línea y las novedosas técnicas de elaboración que en ella se utilizan la convierten en el icono bodeguero de Rueda. Construida en hormigón y vidrio, con un volumen central de ladrillo de tejar, en ella se elabora un único vino verdejo, Finca Montepedroso.
Recomendable también es la visita a las galerías subterráneas de bodegas Antaño (Mocén), que datan de los siglos XV y XVI. De piedra y ladrillo, símbolo de la herencia mudéjar, conforman un laberinto de 25 metros de profundidad y 3 kilómetros de extensión que nos harán vivir un viaje en el tiempo.
Tras una agotadora mañana de visitas, que mejor que un descanso para comer en Casa Lola (Rueda), donde no podéis dejar de probar su excelente tortilla de patatas, su gazpacho y su selección de quesos y embutidos ibéricos todos cortados a cuchillo. Además del bar tiene una tienda gourmets con los mejores vinos de la zona y acaban de abrir un pequeño hotel, con habitaciones donde poder alojarse.
Aunque si sois más de una contundente comida después de un ajetreado día, mi recomendación es la Posada el Foro, donde llevan años apostando por la comida tradicional castellana basada en excelentes asados de cordero y cochinillo al horno de leña, con panadería y repostería propia. Dispone también de un alojamiento rural.
Pero la región de Rueda no son sólo bodegas y vinos, a menos de 10 km del municipio están las ciudades Monumentales de Medina del Campo y Tordesillas, que constituyen una visita casi obligada para aquellos enoturistas que visiten la zona. Entre los monumentos más importantes para visitar se encuentran El Castillo de la Mota en Medina del Campo, uno de los más grandes castillos de Castilla y León o en Tordesillas, el Monasterio de Santa Clara, uno de los Sitios Reales, un edificio del siglo XIV con una iglesia de estilo Mudéjar y arcos góticos.
Para grupos de entre 4 a 10 personas, Rueda dispone de varios alojamientos rurales en forma de casas y villas con estupendos patios interiores, aquí tenéis dos: Villa Calera y La casona de la tía Victoria. Si viajas en pareja o con grupos más reducidos, puedes optar por alguno de los restaurantes/ hoteles que mencionamos más arriba o elegir hospedarte en la vecina Medina del Campo, que cuenta con una oferta hotelera más completa.
Visitar Rueda es conocer la cuna de la uva Verdejo. Alrededor de ella gira gran parte de la economía de la región, junto con otros productos que el viajero no debe pasar sin saborear.