Elegir el mejor menú para las celebraciones navideñas no es tarea fácil. En algunas casas no varía jamás y se convierte en algo tan tradicional como el turrón o los villancicos. En otras, el anfitrión cambia y con él, los platos a servir y con los que homenajear a nuestros invitados. En cualquier caso, qué vino elegir a veces se convierte en una decisión difícil, y puede hacer que nuestra comida o cena acabe siendo redonda.
Para ayudaros a elegir la mejor combinación con vuestros platos, hemos seleccionado alguno de los más típicos de la Navidad junto a su vino correspondiente.
Cada gusto es personal y depende de cada cual, no pretendemos ofreceros una única verdad, pero sí un punto de partida a partir del cual poder experimentar. De hecho, todas estas recetas podrían tomarse tanto con un vino blanco, como con un tinto. Dependerá mucho de su elaboración, salsa y guarniciones, pero como no queremos estar encerrados en la cocina y para unificar criterios todos estos platos serán al horno.
Merluza: Cuanto más condimentemos, o acompañemos al pescado de gambas y almejas, más necesario será un vino con más hechuras que aguante el envite. Nuestra recomendación es Montepedroso Enoteca. Su gran estructura y volumen será perfecto para este plato y su acidez aportará la frescura necesaria.
Besugo: Al igual que en el caso de la merluza, dependerá de la salsa y de su guarnición. En este caso vamos a dejar los blancos de lado, para sorprender con un tinto: Clavis, un vino emblemático de Finca Antigua. Su mezcla de variedades en su parcela, Pico Garbanzo, lo hace único, pues algunas no están ni catalogadas. Sería también perfecto con carnes grasas como la del cordero o la del cochinillo, pero lo hemos seleccionado por su gran amplitud en boca. Un vino redondo, sin aristas, con un tanino pulido, fino y elegante, cuyos aromas a sotobosque, con toques balsámicos y cítricos realzan el sabor del pescado.
Pularda: Aquí más allá de la carne del ave, influye el relleno. El más típico lleva orejones, pasas, piñones, jamón serrano, manzanas reinetas, chalotas…Así que un acompañamiento magnífico es Petra de Valpiedra. Una garnacha de aromas frutales donde destacan los de grosella negra, junto a los ligeros toques a toffe y vainilla que lo hacen una elección perfecta.
Cordero: Para un lechazo al horno necesitamos un vino que limpie nuestra boca a cada sorbo y con la suficiente acidez para paliar la sensación grasa del cordero. Finca Valpiedra Reserva cumplirá con creces gracias a su finísima estructura tánica y el aporte de frescura que le otorga la uva graciano, así como su postgusto largo y agradable.
Cochinillo: Vamos a variar de los habitual y mostraros las grandes posibilidades que nos ofrecen algunos vinos cuya versatilidad en la mesa, van mucho más allá del manido blanco con pescado y tinto con carne. Para este cochinillo asado nos vamos a decantar por un Finca Valpiedra Reserva Blanco. Su compleja y elegante nariz, nos ofrece aromas nítidos a fruta blanca de hueso, melocotón y albaricoque que combinan de maravilla con este plato. En boca su excelente suavidad y volumen junto a su final sápido, nos ayudará a limpiar el paladar y querer seguir bebiendo.
¿Y el poste? Sirve una copa de Finca Antigua Moscatel, y no dejarás indiferente a nadie.
Esperamos que os hayan gustado nuestras recomendaciones. Aunque la mejor combinación posible para un plato o un vino, es poder disfrutarlos junto a nuestros seres queridos.