Estamos en verano. Hemos pasado, sin incidencias significativas, momentos críticos para la viticultura como las peligrosas heladas de final de primavera que, con el fruto ya brotado, pueden llevarse por delante las uvas y las expectativas del trabajo de todo un año.
El principal reto a que se enfrenta ahora la vid es a los calores, a la sequía, que están siendo excesivos para este mes de julio, lo que puede provocar adelantos excesivos de las maduraciones de forma que éstas no sean totalmente equilibradas. En cualquier caso, la viña es una de las plantas más resistentes que existen, capaz de autorregular sus necesidades hídricas siempre que los suelos hayan retenido las lluvias invernales.
Nosotros, al elaborar con viñedos propios, lo tenemos más fácil y, como en este espacio hablamos de vinos, llega una temporada en que aumenta considerablemente el consumo de vinos blancos y de rosados. Así que vamos con ellos.
Cuando pedimos una botella de blanco, suelen sacárnoslo directamente de cámaras frigoríficas a temperaturas muy bajas, si bien es cierto que con la temperatura ambiente reinante se templa rápidamente. Ahora bien, hay que tener cuidado porque no todos los blancos son iguales. Los más afrutados y ligeros se consumen de forma óptima a temperaturas más bajas (uno 7 grados), pero cada vez hay en el mercado más blancos que pasan por madera, incluso vinos que sin estar en barrica presentan una estructura consistente por una estancia con sus lías en los depósitos y que para mostrar su plenitud necesitan temperaturas un poco más altas, en el entorno de 10 e incluso 11 grados.
Es el caso de nuestra principal recomendación para este verano, el 100% verdejo Finca Montepedroso 2014, un blanco de Rueda con cuerpo por este trabajo que hace nuestro equipo técnico en los depósitos con las lías y que va más allá de los blancos ligeritos de escasa consistencia que también pueden encontrarse con el mismo sello genérico de la denominación de origen Rueda.
A la hora del maridaje, Finca Montepedroso ofrece también más alternativas, ya que es perfectamente capaz de combinar con todos los platos de una comida de verano, incluso carnes blancas y no exclusivamente pescados y mariscos.
Familia Martínez Bujanda también elabora blancos en Rioja, con Viña Bujanda, y en La Mancha, con Finca Antigua, en ambos casos de la variedad viura (macabeo) que, si bien algunos no la tienen entre sus preferencias por sus limitaciones aromáticas, para nosotros se adapta perfectamente a este tipo de vinos jóvenes, fresquitos, pero con algo más de consistencia en la boca y capaces de maridar al completo una comida o una cena.
Nuestra oferta la completa el Finca Antigua Naturalmente Dulce, un vino muy peculiar, que alcanza la elevada concentración de azúcar gracias a la deshidratación de las uvas al sol, y que nos puede dar buenos momentos en el aperitivo (frutos secos, foie, quesos…), pero especialmente como postre (frutas) después de una cena ligera de verano y, sobre todo, con una buena conversación entre amigos.