Cuando hablamos de vinos frescos, no nos referimos solo a la temperatura de su conservación o consumo. La verdadera frescura en el vino se percibe en su estructura: acidez vibrante, ligereza en boca y una expresión aromática nítida. Y aunque el clima y el estilo de elaboración influyen, el punto de partida es siempre la variedad de la uva.
Algunas uvas tienen una predisposición natural a generar vinos frescos, ligeros y llenos de vida. Te contamos cuáles son y qué aportan al vino para que cada copa se sienta como un soplo de aire puro.
¿Qué hace que una uva sea fresca?
Hay tres elementos que definen a una uva como fresca:
- Alta acidez natural: clave para lograr vinos con tensión y equilibrio.
- Perfil aromático vivo: suelen destacar por notas cítricas, florales, herbáceas o frutales, sin sobre maduración.
- Estructura ligera: vinos fáciles de beber, con taninos suaves (en el caso de los tintos) y una sensación ágil.
Variedades blancas
Verdejo
Uva característica de La Denominación de Origen Rueda, aunque puede encontrarse en otras zonas de la península, una de las protagonistas de los vinos blancos frescos del país.
Produce vinos con una acidez firme y una textura untuosa pero ligera. Aporta notas herbales, cítricas y de fruta blanca. La frescura está en su expresión directa y su final seco. Un ejemplo de ello, nuestro Finca Montepedroso Verdejo.
Sauvignon Blanc
Una de las variedades blancas más reconocidas a nivel mundial. La podemos encontrar en regiones como: el Valle del Loira (Francia), Marlborough (Nueva Zelanda) o algunas zonas de Castilla y León.
Explosiva en aromas y afilada en boca. Esta uva resalta por sus notas verdes (hierba, espárrago), cítricos y frutas tropicales crujientes. Ideal para quienes buscan vinos vibrantes.
Albariño
Emblema de las Rías Baixas, en Galicia. Con una acidez punzante y salina, genera vinos jugosos y refrescantes. Su perfil aromático recuerda al melocotón blanco, manzana y flores frescas.
Moscatel
Nació en el Mediterráneo oriental, posiblemente en Grecia, desde donde se propagó a otras regiones vitivinícolas como España, Italia, Portugal, Francia, Chile o Australia. Aunque es famosa por vinos dulces, cuando se vinifica en seco puede ser sorprendentemente fresca. Sus aromas florales (azahar, jazmín) y cítricos suaves aportan ligereza aromática y frescura en nariz, ideal para vinos alegres y aromáticos como Finca Antigua Moscatel Naturalmente Dulce.
Riesling
Encuentra su hogar en Alemania. Una de las uvas con mayor acidez natural. Sus vinos pueden tener desde un perfil seco hasta dulzón, pero siempre con frescura destacada. Notas de lima, manzana verde y toques minerales la hacen muy expresiva.
Variedades tintas
Garnacha
Originaria de España, concretamente de la región de Aragón. Aunque también se encuentra en otras partes de España y ha sido exportada a otros países. En versiones más ligeras ofrece vinos frutales, con taninos suaves y una acidez que realza la jugosidad de la fruta roja. Una oportunidad para descubrirlo es Finca Antigua Garnacha.
Pinot Noir
Encuentra su origen en la región de Borgoña, en Francia, específicamente de la zona de Côte-d’Or. Es una de las uvas tintas más apreciadas en el mundo. Referente en frescura dentro del mundo tinto. Aromas sutiles de cereza ácida, frambuesa y flores secas, con una estructura muy ligera que deja una sensación limpia y elegante en boca.
Mencía
Típica del noroeste de España (Bierzo y Ribeira Sacra). Vibrante, floral y con un fondo mineral. Su frescura se traduce en vinos fluidos, de acidez viva y gran expresividad sin peso excesivo.
Tempranillo
Si bien el origen exacto es incierto, la mayoría de los estudios apuntan a que la Tempranillo se desarrolló en la zona de La Rioja y Navarra, aunque también es muy popular en la zona de la Ribera del Duero en Castilla y León.
Aunque no es una uva considerada fresca por naturaleza, puede ofrecer vinos vibrantes cuando se cosecha en su punto justo. En esos casos, ofrece acidez equilibrada, fruta roja y una textura amable que potencia su frescura. Algunos de nuestros vinos que son ejemplo de ello: Cantos de Valpiedra o Viña Bujanda Rosado.
¿Qué aportan estas uvas al vino?
- Energía y tensión en boca.
- Claridad aromática.
- Sensación de ligereza.
- Versatilidad para maridar.
- Capacidad de envejecimiento en vinos bien elaborados.
Las uvas frescas son la base de vinos vibrantes, honestos y llenos de expresión. Ya sea en blancos con aromas vivos o tintos ágiles y jugosos, estas variedades demuestran que la frescura es una cualidad esencial cuando se busca equilibrio, personalidad y disfrute.
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